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Atención al paciente.
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Cada caso es diferente y hay que estudiarlo individualmente. Hoy en día existen técnicas e instrumentos que garantizan el éxito del tratamiento con implantes en la gran mayoría de los casos pero hay excepciones como: pacientes que no hayan terminado su crecimiento esquelético, tampoco se puede en aquellos que sus características anatómicas no permiten la inserción del implante (poco hueso e imposibilidad de injerto), los pacientes con alteraciones inmunológicas graves, trastornos del sistema inmune, en tratamiento con bifosfonatos, paciente con apertura bucal limitada, etc. hacen el tratamiento de implantes descartable.
La ortodoncia invisible resuelve casos tan complejos como la convencional.
Es la experiencia y pericia del clínico lo que hace que un tratamiento sea o no factible.
La boca es un engranaje perfecto de las piezas superiores con las inferiores, si cambiamos la posición de los dientes de abajo o de arriba no tendremos más remedio que cambiar los del lado antagonista.
La boca está en constante movimiento debido al uso masticatorio. Tras la ortodoncia es necesario usar aparatología de retención (fija o removible dependiendo del caso) para evitar recidivas o desestabilización de la mordida obtenida.
No todo el mundo tiene muelas del juicio.
Hay quien tiene las cuatro, tres, dos, una, ninguna o incluso más de cuatro (Paramolares).
Las muelas del juicio en sí mismas no causan ningún daño pero a veces no tienen espacio suficiente para erupcionar ya que son las últimas que aparecen en la boca. Otras veces al encontrarse al fondo de la boca son las que peor higiene reciben y por tanto acaban con caries o enfermedad periodontal. Otras veces su posición dentro del hueso es “dormida” y por mal aspecto que tengan en una radiografía la mejor opción suele ser dejarlas donde están.
Hay tanta casuística de muelas del juicio como de pacientes, es raro que alguien tenga las muelas del juicio igual que otro y que su patología o tratamiento sea la misma. Son muelas anárquicas que, a diferencia del resto de la dentición, no siguen patrones establecidos para la mayoría de la población.
Es algo que no está probado científicamente. Los dientes durante la vida sufren el estrés de la vida diaria provocado por la masticación y parafunciones. Dichas fuerzas actúan siempre “de atrás hacia adelante” provocando siempre el movimiento de los dientes y apiñándolos en la parte delantera haya o no muelas del juicio.
Todo dependerá de la situación de éstas en la boca. No siempre hay que extraerlas y no siempre causan problemas. En ausencia de patología suele haber ausencia de tratamiento a menos que éste sea preventivo.
Muchas veces la muela del juicio no es la que duele si no los tejidos de alrededor, la encía, la mucosa yugal, hay dificultad para tragar e incluso para abrir la boca y esto se llama “pericoronaritis”. Es debido a que por falta de espacio alrededor de dicha muela se han generado recovecos donde las bacterias han colonizado y están provocando una infección de los tejidos de alrededor. Es una patología típica en adultos jóvenes. Normalmente se trata con antibióticos y es necesaria su posterior extracción.
Hay ocasiones en las que la muela del juicio debido a su posición tan profunda en la boca y acompañado de falta de higiene se “pica” y llega al nervio y es muy difícil su desvitalización, por tanto terminará siendo extraída.
La endodoncia es la especialidad de la odontología que trata la pulpa o nervio del diente. Se recurre a la endodoncia cuando el diente ha sufrido una caries que ha llegado al nervio, cuando un empaste se ha filtrado y las bacterias han alcanzado el nervio provocando sensibilidad o dolor, cuando ha habido una fractura que alcanza la zona pulpar y otras patologías que afectan al nervio.
Es muy probable que ese diente acabe siendo tratado con una endodoncia si el estado del diente lo permite.
No siempre el nervio dentario es el culpable del dolor. A veces el diente duele porque los tejidos de alrededor (encías, ligamento periodontal…) están inflamados y el tratamiento no pasa por una endodoncia.
Otras veces el diente está tan destruido que a pesar de hacer una endodoncia no vamos a poder hacer un diente de nuevo y por tanto la opción será extraer dicho diente.
Sí. EL diente en sí mismo no será el que duela pero sí los tejidos circundantes como el hueso o la encía. El diente endodonciado carece de sensibilidad en sí mismo, pero si la endodoncia se ha filtrado, roto o sufrido otro trastorno los tejidos adyacentes pueden doler, inflamación, infección, etc.
La caries la causa un tipo de bacterias que aparecen en la boca en excesiva cantidad cuando los restos de comida no son retirados adecuadamente. Dichas bacterias se alimentan de esos restos de comida y, fruto de la digestión de dichos alimentos por las bacterias, éstas expulsan ácido, responsable de disolver las capas del diente empezando por el esmalte o el cemento.
Prevenirla es tan fácil como retirar los restos de comida de la boca de manera rutinaria y efectiva con el cepillado. En una consulta con la higienista o con el odontólogo es fundamental este tipo de explicación.
Siempre que hay un sangrado de encías, descartando un traumatismo, es síntoma de infección bacteriana. EL tratamiento depende del grado de afectación de las encías y de la zona. El tratamiento iría desde una simple limpieza hasta una cirugía periodontal.
La falta de tiempo y de información hace que gran parte de la población utilice de manera indiscriminada los enjuagues bucales y los conviertan en su herramienta de higiene bucal.
Los restos de comida y las bacterias causantes de la caries y demás enfermedades no pueden ser retiradas en su totalidad con un enjuague pro mucha química que éste lleve.
La única manera de tener la boca limpia es mediante un procedimiento mecánico, esto es: con un cepillo. El resto de pastas de dientes, enjuagues, colutorios, etc… son coadyudantes pero en sí mismos no tienen ningún efecto si no se utilizan tras el cepillado.
Los enjuagues ejercen su efecto sobre la boca previamente cepillada.
Existen en la actualidad infinidad de pastas dentales, con decenas de componentes diferentes y en proporciones variables.
Para saber cuál es la más conveniente basta con una visita al dentista y que pueda analizar las necesidades concretas de su boca (sensibilidad, inflamación de encías, cirugías, caries, etc.) sin olvidar nunca que lo que importa es que el cepillo sea el adecuado y que pase por todos los dientes y espacios ya que las pasta ayuda pero no es la herramienta eficaz en sí como lo es el cepillo.
El 90% de las causas del mal aliento proviene de la boca. La enfermedad de las encías, las caries o aquellas zonas de difícil acceso provocan un cúmulo de comida y por tanto genera la aparición de bacterias cuya presencia es la culpable del mal olor. Un tratamiento consistente en la remoción de dichas bacterias y junto con un buen cepillado acabará con esa alitosis.
El otro 10% es debido a otras causas menos comunes como el reflujo estomacal, malas digestiones, hernias de hiato, etc.
Las caries son cavidades patológicas en los dientes causadas por bacterias, es por tanto una enfermedad infecciosa. Hay que tratar dicha enfermedad sea cual sea la edad del paciente ya que las repercusiones de no tratarse suelen ir a peor diseminándose los dientes contiguos o tejidos adyacentes.
El embarazo en sí mismo no hace que se pierda ningún diente. Lo que sí es verdad es que debido a los cambios hormonales de carácter general la flora bucal es colonizada por otro tipo de bacterias que alteran el ph y pueden potenciar la aparición de caries o gingivitis pero un correcto cepillado o una consulta al dentista para prevenir es fundamental y efectiva para que no haya trastorno en la boca durante el embarazo.
El apretamiento de dientes se llama bruxismo. Es una parafunción (una función sin finalidad) y hay diferentes grados y formas. Los hay que rechinan los dientes, otros los aprietan, algunos pacientes tienen bruxismo mientras trabajan, conducen, la gran mayoría mientras duerme...
El bruxismo es fácil de detectar en una visita clínica. Suele coincidir con unos dientes cuyos bordes están rectos y aplanados, dientes más pequeños cada vez y a veces el paciente acusa de dolor muscular o sensibilidad debido al desgaste.
La férula de descarga es el dispositivo que se usa para frenar esta patología. Previene la compresión muscular, el desgaste de los dientes y la patología en la articulación.